El Pueblo Minero fantasma
Se trata de Ojuela, un pueblo originado por la minería, muy cerca de la Zona del Silencio, que ha quedado casi completamente abandonado al agotarse las vetas mineras que le dieron vida. Se destaca en él un puente colgante que, según cuentan, fue la inspiración del Golden Gate de San Francisco. Sin duda, esta es una de las visitas que tienes qué hacer cuando vengas a Durango.
Rascando El Espinazo del Diablo
El Espinazo del Diablo es una formación increíblemente quebrada que se encuentra sobre la Sierra Madre Occidental, a dos horas y media de Durango. Su atemorizante apelativo no impide que te puedas lanzar en él por una larguísima cuerda, haciendo rappel.
Turismo acuático
La importancia del agua en el desierto originó todo un sistema de presas que captan los caudales del río Nazas y el río el Tinal, entre otros. Estas presas originan lagos que se han convertido en auténticos oasis en los que se brindan actividades que van de la pesca al canotaje, como la presa Guadalupe Victoria, así que, si visitas tierras duranguenses, no te podrás quejar de que no tienes qué hacer por acá.
Durango infinito
Durango nunca termina donde lo esperas. En materia de contaminación lumínica resulta ser un de los lugares más preservados del mundo, por ello podrás realizar unacabalgata nocturna para apreciar las formaciones estelares, los cúmulos nebulosos de la vía láctea y los cientos de estrellas que llueven sobre el cielo inmenso del desierto. Y en materia de cabalgatas, allí está, también, el último reducto del Centauro del Norte, Pancho Villa, que podrás recorrer montado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario